Ante esta nueva situación, novedosa y muy incierta, muchos de nosotros habremos experimentado una mezcla de sensaciones que van desde la euforia, al miedo e incluso la negación de esta nueva realidad.
Debido a la ansiedad que nos acompaña desde hace semanas, es probable que hayamos aumentado las actividades orientadas a mantener el control, aunque sea dentro de casa: ordenar cajones, armarios, limpiar,cocinar, etc.
Incluso puede que sintamos entusiasmo por hacer cosas nuevas o cosas que nos gustan pero para las que, en situaciones normales, no tenemos tiempo.
A pesar de esto, es importante que seamos conscientes de que vamos a pasar por todas las fasesdel duelo. ¿Duelo por qué? Por el estilo de vida que teníamos y que, temporalmente, hemos perdido. Pasaremos por las fases de negación, de ira/rabia, de tristeza y, finalmente, de aceptación.
Esta situación la vamos a vivir de manera distinta en función de nuestra situación personal: no será lo mismo vivirla en pareja, en solitario, en pareja y con hijos pequeños, en pareja y con hijos pre o adolescentes, siendo padre/madre soltero/a con hijos, etc.
En cualquier caso, lo importante va a ser que pongamos laatención, sobre todo, en “lo que podemos hacer”, más que en “lo que no podemos hacer”.
¿Qué es lo que sí podemos hacer?
A continuación ofrecemos algunas pautas que nos pueden ayudar a mejorar la convivencia y nuestra salud, tanto física como mental, esta situación de crisis:
- Obtener información de la situación pero sólo de fuentes fiables. Es importante que entendamos la realidad y nos responsabilicemos de la parte que nos corresponde; pero a la vez debemos evitar pasar el día viendo las noticias. Elijamos un momento del día para informarnos, y dediquemos el resto del tiempo a otras cosas.
- Crear rutinas para toda la familia que ayudarán a una mejor organización tanto de los demás como de uno mismo.
- Establecer un calendario con horarios predeterminados para organizar y llevar a cabo con más facilidad las tareas que tenemos programadas.
- Prever y llevar a cabo actividades de diferente índole: educativas (cumplir con nuestras obligaciones, o dedicar tiempo a las cosas que nos gustaría aprender), laborales, cuidado personal (atendernos, empezar o continuar con algún hobby como puede ser la cocina, pintura, hacer puzles…), cuidado físico (a partir de tablas de ejercicios, baile, yoga, etc.) y emocional (practicarla conciencia plena y la meditación, y buscar ayuda profesional si encontramos con dificultades emocionales para manejar la situación).
- Dividir el día incorporando tareas y turnos u horarios concretos para llevar a cabo las obligaciones y así no solaparnos con los demás.
- Si es posible, crear rincones en la casa para las diferentes actividades. Esto nos ayudará a no caer en el malestar de estar siempre en el mismo lugar. Se pueden diferenciar también espacios individuales y espacios comunes.
- Buscar momentos del día para el disfrute personal.
- Esforzarse por mantener una comunicación saludable:
- Buscar momentos concretos del día para hablar y aportar todos los miembros de la familia.
- Procurar respetar los turnos de palabra,
- Tener en cuenta las opiniones de todos,
- Tomar decisiones consensuadas, etc.
- Comer sano, ya que nos ayudará a estar de mejor humor y más activos.
- Aprovechar el tiempo en familia y hacer las comidas y cenas juntos para conocernos mejor.
- Seguir en contacto con personas externas (familiares, amigos, compañeros de trabajo) de forma virtual.
- Mantener el sentido de humor:es clave para mantener una actitud positiva.
- Descansar bien.