Las personas crean sus propias teorías personales sobre el amor a partir de:
- Los modelos parentales.
- La influencia de los medios de comunicación.
- La literatura.
- Otros factores culturales.
Somos herederos de una historia. Esto lleva a que se establezcan ideas sobre el amor que generan diferentes expectativas. Revisemos, por ejemplo, el concepto de la media naranja. El origen de este mito lo encontramos en Platón y su obra “El Banquete”. En esta obra Platón muestra las enseñanzas de Aristófanes, quien explicaba que al principio la raza humana era casi perfecta: «Todos los hombres tenían formas redondas, la espalda y los costados colocados en círculo, cuatro brazos, cuatro piernas, dos fisonomías unidas a un cuello circular y perfectamente semejantes, una sola cabeza, que reunía estos dos semblantes opuestos entre sí, dos orejas, dos órganos de la generación, y todo lo demás en esta misma proporción». Estos seres podían ser de tres clases: uno, compuesto de hombre y hombre; otro, de mujer y mujer; y un tercero, de hombre y mujer. Cuenta Aristófanes que «concibieron la atrevida idea de escalar el cielo y combatir con los dioses». Y ante aquella osadía, Júpiter, que no quería reducir a la nada a los hombres, encontró un medio de conservar a los hombres y, a la vez, disminuir sus fuerzas: separarlos en dos. El problema surgió después: «Hecha esta división, cada mitad hacía esfuerzos para encontrar la otra mitad de que había sido separada; y cuando se encontraban ambas, se abrazaban y se unían, llevadas del deseo de entrar en su antigua unidad, con ardor tal que, abrazadas, perecían de hambre e inacción, no queriendo hacer nada la una sin la otra».