Causada por un protozoo llamado Toxoplasma gondii, la infección se adquiere principalmente por la ingesta de carnes o productos cárnicos crudos o poco cocinados que contengan quistes o taquizoítos. El agua, la tierra o los vegetales contaminados, son la segunda fuente de infección. El contacto con gatos domésticos se considera un factor de bajo riesgo de contagio de toxoplasmosis en el embarazo.
Normalmente, es una infección que cursa de modo asintomático en el adulto y la incidencia de afectación fetal en nuestro medio es de un 0.3 por cada 1000 nacimientos.
La toxoplasmosis confiere una inmunidad duradera en aquella persona que la haya pasado con anterioridad.